TERÁPOLIS (José Manuel González); reseña

Depósito legal BI-1277-2015
Espiral cifi vol. 57
Diseño de portada Koldo Campos
1ª Edición: Octubre 2015
400 páginas
Terápolis es, según su propio autor, una novela juvenil. Narra el periplo, el viaje iniciático, de dos jóvenes, Mara y Petro, por Terápolis, la inmensa ciudad que cubre toda la superficie terrestre, a excepción de los océanos, donde se cultivan las algas que son la base de la alimentación de la ciudad. 
La ciudad que sirve de marco a la narración no es nueva en la ciencia ficción; nos recuerda poderosamente, entre otras, a  la Mónada Urbana de El mundo Interior (Robert Silverberg), Todos Santos de Juramento de fidelidad (Niven/Pournelle), la cúpula de la película La Fuga de Logan, etc (supongo que en la literatura juvenil actual habrá más ejemplos, pero al no conocerlas, no puedo hablar de ellas).


Los dos protagonistas se encuentran en una situación crítica, extrema, en la que ni ellos ni nosotros sabemos muy bien quien les está persiguiendo, ni quien está, realmente, de su lado. Vamos conociendo así la estructura de la megaciudad, sus diferentes niveles, y las diferentes “castas” que viven/trabajan en ella; como complemento a esto, vienen muy bien la cronología que se incluye al final de la novela.
Por supuesto, asistiremos al viaje iniciático de ambos jóvenes, junto con el de algunos de los personajes que se encontraran en su periplo. Mara y Petro desarrollarán las habilidades, en un caso bastante claras pero, en el otro, más escondidas; realmente, nos parece un poco precipitado el crecimiento personal de ambos, no muy acorde con lo desarrollado en la novela. Pero bueno, seguramente esto sea algo intrínseco a las novelas juveniles, Lo que sí es un atractivo de la novela es la doble voz narradora, la de la propia Mara ya adulta narrándole su historia a su nieta y a una amiga de esta, y la del narrador omniscente que toma el relevo como voz principal.

Durante la parte final se nos van mostrando unas líneas argumentales que nos llevan a un final bastante sorpresivo, que cambia el rumbo de la novela y la separa de la juvenil que hasta el momento estábamos leyendo (o eso creo, pues ya digo que no soy entendido en ese tipo de novelas, y no sé con seguridad si llevar la novela a un final algo alejado de lo que en principio teníamos como seguro, y dándole un matiz más adulto, es la norma).
Lo que sí no me ha agradado, y que sí creo achacable a lo “juvenil” es el empleo de cierto lenguaje, que me sacaba de la narración en muchas ocasiones: “bazo” (como bazofia, por comida), “advokato”, por abogado, “polikos”, por policias, etc. Algo que no considero necesario, y que a algunos puede echar un tanto para atrás.

Pero bueno, nos encontramos ante una novela agradable, fácil de leer, que bebe de varias fuentes, entre ellas la juvenil, pero también de otras que podríamos considerar clásicas (como comento en los primeros párrafos), y que nos depara un final sorpresivo que se aleja de la novela juvenil que hemos estado leyendo hasta ese momento.


Comentarios